Un golpe de fortuna, rubricado por el atlético Mateja Kezman, se alió con la selección de Serbia y Montenegro y complicó la vida de España en su camino al Mundial, cuando la selección española había ganado el pulso a los puntos, con un hermoso gol de Raúl.
No fue justo el castigo que se llevó España en su casa. Eso sí, un despiste, un error de concentración fue suficiente para dar alas a Serbia. Y en la alta competición, eso se paga. En cualquier caso, España recuperó su identidad, no logró ganar, pero con la actitud que exhibió hoy puede seguir soñando con estar en Alemania 2006 en la repesca.