La capilla de Guadalupe se vio nuevamente repleta, pero esta vez no por una misa rutinaria, sino para despedir a un héroe nacional.
Así rezaba la resolución de duelo del ejecutivo tras la perdida del doctor Vicente Harmodio Alvarado Vásquez.
Vásquez falleció junto a la enfermera Priscila Torres Espinosa la tarde del pasado viernes tras naufragar la embarcación que los llevaría a cumplir una misión con los más necesitados en la comarca Ngöbe Bublé, en Bocas del Toro.
Al acto fúnebre se dieron cita el Presidente de la república Martín Torrijos Espino, al igual que altos funcionarios de su gobierno.
El padre Jaime Barrera -quien ofició la misa- dejó entrever que se trataba de "Un último adiós que no quita la tristeza y con la esperanza de tenernos un día en el reino de Dios".
Frente al altar de la iglesia -sobre una mesa- colocaron las cenizas con los restos del Odontólogo quien fuera jefe de Provisión de Servicios Médicos de la comarca Ngöbe Buble.
La familia de la víctima dio las gracias a los presentes por asistir y mostrar su grado de apoyo a quienes lo amaron en vida más que a nadie.
Finalmente, el padre anunció la paz para los deudos y con ello dio por culminada la misa a Vásquez cuya calidad de hombre se debería emular.
ESTABAN DE ACUERDO
Para Alfonso Vac, el accidente era inevitable, pues el mar cambió repentinamente y el capitán de la embarcación no podía hacer más para controlar la navegación. El jefe del FIS de Bocas del Toro explicó que sólo tenía 45 minutos en el mar.