Panamá no podía quedarse atrás en materia de planificación para afrontar la crisis energética. De aquí a los próximos 15 años tenemos una estrategia trazada para hacerle frente a la crisis global.
El ministro de Comercio e Industrias, Alejandro Ferrer, informó que todas las acciones para comenzar a aplicar la nueva política energética inician esta semana.
Lo primero que se contempla es ajuste en la jornada laboral en el sistema público reduciendo la hora de almuerzo a media hora.
La crisis del petróleo aceleró todo y ha creado un revuelo entre el sector transportistas que amenaza con aumentar el pasaje y, ante este medida, se ha propuesto a futuro la creación de una refinería regional con la participación de los gobiernos de países centroamericanos y la empresa privada. La refinería podría abastecer una demanda de 150 millones de barriles diarios.
Para este proyecto el Gobierno panameño ofrece las instalaciones del oleoducto de 131 kilómetros, que tiene una capacidad de bombeo de 800 mil barriles diarios, y los tanques de almacenamiento ya instalados.
Es bueno que se adopten medidas sanas para evitar una crisis mayor que afecte en cadena la economía en todos los renglones.
No se puede improvisar y este es un gran paso para estar preparados, tal como lo hacen las grandes naciones, para cuando se agoten las fuentes de energía.
El reloj comenzó a girar sus manecillas y se espera que en el tiempo de 15 años se haya aplicado una buena política que asegure a las futuras generaciones oportunidad de crecer social y econonómicamente sin castigar a la sociedad en el momento actual.