Si los niños crecen con amor y seguridad, tienen libertad para expresarse, desarrollan sus habilidades y se sentirán comprendidos, sólo en un ambiente así, aprenderán a ser auténticos y seguros de sí mismos. Probablemente estos niños no se dejarán influenciar por amigos, grupos o personas interesadas en introducirlos en el espantoso y doloroso mundo de las drogas. 
Criar a los hijos es una de las tareas más importantes para que la vida nos presenta sin la necesidad de una preparación formal; la mayoría de nosotros aprendemos a ser padres solamente por instinto y a través de la experiencia. En la actualidad, el constante y difundido uso de drogas somete a nuestros hijos, familiar y comunidades a presiones fortísimas creando un caos al no saber enfrentar el problema. 
Francamente, nosotros necesitamos ayuda para enfrentar esta aterradora amenaza contra la salud y el bienestar de nuestros hijos. Como padres, podemos contribuir estableciendo una relación sólida, comunicativa y afectuosa con nuestros hijos, enseñándoles normas sobre el bien y el mal, haciendo respetar ciertas reglas de comportamiento, familiarizándonos con los hechos acerca de las drogas e involucrándonos en su crecimiento. 
Estimula el amor propio del joven, la autoestima es la herramienta más poderosa contra el consumo de drogas y otros problemas que la vida presente. Explique a tiempo a su hijo sobre el peligro que hay en el consumo de drogas. El padre tiene la responsabilidad de establecer normas de conducta que nuestros hijos deben seguir; dígale a su hijo cuáles son las normas y qué comportamiento se espera de él. Converse con el niño sobre las consecuencias de la falta al cumplimiento de las normas, cuáles serán los castigos y cómo se aplicarán. Sea consistente, aclare a su hijo que la norma de no consumir drogas permanezca vigente en todo momento, en la casa, en la casa de los amigos y en cualquier parte que esté.