El Diálogo por la Caja de Seguro Social (CSS) avanza a paso de tortuga.
La idea era completar la revisión del articulado de la suspendida Ley 17, a más tardar el 29 de agosto, pero la discusión está empantanada.
Hay sectores que pierden el bosque por contemplar los árboles. Una sola persona interviene hasta 10 veces en la discusión de un mismo artículo, redundando en las mismas posiciones y sin aportar mayor cosa al debate.
No hay que engañarse, el meollo del asunto en el tema del Seguro Social, es el aspecto de los ingresos, edad de jubilación, cuotas y densidad de aportaciones.
Obstaculizar la discusión, para demorar a entrar lo básico del debate es irresponsable e igual sería retirarse de la mesa de negociación, cuando se entre al análisis de esos temas.
Lo correcto es que los técnicos del gobierno, empresa privada y de los sindicatos tengan listas sus propuestas para atacar el tema de la crisis actuarial y operacional que mantienen la mayoría de los programas de la CSS, sobre todo el de Invalidez, Vejez y Muerte.
El no hacer aportes o retirarse, sería un engaño a la población que observó esperanzada que el diálogo sería la opción menos traumática para un problema que requiere sacrificios para todos.
Frente al posible retiro de la mesa de negociaciones, se dejaría al gobierno con carta blanca para proponer los cambios que ellos consideren y se perderían los aportes que pueden hacer otros sectores pensantes del país.
Hay que mantener un diálogo productivo y no obstaculizar, para avanzar en las soluciones y no agravar así el problema de la institución de seguridad social.