Es lamentable que tragedias marinas como la de los buques Amoco Cadiz y Prestige, fueran el punto de partida para el estudio, elaboración y entrada en vigor de nuevas normas internacionales de seguridad frente a la contaminación por derrames de hidrucarburos.
La Red Operativa de Cooperación Regional de Autoridades Marítimas de Sudamérica, México, Panamá y Cuba (ROCRAM), actualmente estudia el escenario marítimo, portuario y pesquero para facilitar y asegurar los procesos de gestión sobre seguridad y protección marítima, del medio ambiente y prevención de la contaminación por hidrocarburos.
ACTUALIZACION
A través de este organismo se busca poner al día a los países sobre las normas y procedimientos más novedosos en materia de investigación de sucesos y siniestros marítimos, tema de indiscutible preocupación para la comunidad marítima internacional.
Rubén Arosemena, secretario de la ROCRAM, señaló que este año se ha avanzado en la seguridad marítima en cuanto a aspectos técnicos referentes a la protección del medio ambiente marino, la formación marítima pesquera y las auditorías voluntarias de los países miembros de la ROCRAM.
Arosemena destacó que la ROCRAM desarrollará actividades de asistencia técnica con un curso de formación para instructores en el mes de septiembre y un seminario regional de búsqueda y salvamento marino en octubre.
DESASTRES
El 13 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige, un buque de 26 años de antigüedad sufrió un accidente frente las costas de Galicia. Seis días después se hundió, partido en dos y con más de 60.000 toneladas de combustible en sus tanques.
Francisco Montero Jazer, encargado de la investigación del Prestige, advirtió que de este caso se han aportado las herramientas necesarias para que de forma preventiva los mares estén limpios y que hayan menos pérdidas de vidas humanas.
Montero recalcó que la prevención es el factor principal y que se logra a través de la capacitación del personal involucrado.
"El caso del Prestige nos ha dado lecciones claras de lo que no se debe hacer. Con buques viejos sometemos al ecosistema y al medio ambiente a un riesgo de agresión por contaminación", agregó.
Los barcos deben estar tripulados por personal calificado que cumpla las normas internacionales para evitar cualquier tipo de accidente o siniestro marítimo.
Según Montero las personas juegan un papel fundamental a la hora de prevenir un accidente, porque el 85% de los siniestros marítimos se deben al factor humano, indicador elocuente y evidente.
SEGURIDAD
La rata en Panamá en cuanto a accidentes marítimos es baja. En los últimos años no se han tenido accidentes trascendentes que hayan generado una contaminación significativa.
Según Rubén Arosemena, Panamá ha tenido bastante cuidado en lo que es la implementación de las normas de seguridad y protección marítima.
Arosemena advirtió que a pesar de que se aplican las normas internacionales hoy día existe mayor grado de riesgo porque se ha incrementado la actividad portuaria en nuestro país.
"El crecimiento de la puertos y la posible expansión del Canal de Panamá generará más movimiento de tráfico marino y eso nos hace un país objeto de accidentes naturales producto de los riesgos que conlleva la misma actividad marítima", agregó Arosemena.
CODIGO DE PROTECCION
Debido a los incidentes ocurridos el 11 de septiembre en Estados Unidos, se estableció un Código de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias en un tiempo récord bajo los auspicios de la Organización Marítima Internacional (OMI).
Este código establece una legislación que hay que aplicar directamente a buques como a instalaciones portuarias con el fin de evitar actos de sabotaje o terrorismo.
IMPLEMENTACION DE NORMAS INTERNACIONALES: CASOS
Casos como el del Amoco Cadiz y el Prestige dieron lugar a las investigaciones de como se pueden prevenir los accidentes y siniestros marítimos.