Superando una cirugía artroscópica en su hombro, el cerrador panameño Mariano Rivera se encuentra listo para salir, en cualquier momento, a continuar salvando encuentros, incluso antes de la novena entrada, para que los Yanquis sigan ganando.
Un ejemplo de esto fue el encuentro contra los Medias Blancas de Chicago donde entró en la parte baja de la octava entrada y sacó cuatro "outs" para adjudicarse el salvamento 30. Siendo su séptima temporada seguida con esa cantidad o más.
"Gracias a Dios que he sido capaz de hacer eso", dijo Rivera en una entrevista a la página de los Yanquis. "Pero yo no busco esas cosas. Simplemente suceden. Lo más importante es que ganamos".
Rivera, con 39 años, y después de someterse a esa operación en su hombro derecho, sigue demostrando capacidad de dominar a los lanzadores; esto, al no permitir carreras en las últimas 18 apariciones, concediendo sólo cinco imparables en 18 entradas desde el 16 de junio frente a Washington con tres pasaportes y 18 ponchados.
"Es más fuerte, no sólo se siente, sino lo es. Es fuerte, por lo que sé", dijo Rivera. "Uno se mantiene lanzando. Este juego es una locura a veces me la paso cuatro, cinco, seis juegos lanzando, y otras veces, no salgo".
Combinación letal
Durante esta temporada, los Yanquis de Nueva York han encontrado la dupleta que le ha dado tremendos resultados, esta es la de Mariano y Phil Hughes, quien trata de darle buena oportunidades al istmeño para que pueda rescatar.
"A veces van a ser cuatro salidas, a veces van a ser tres "outs", señaló Rivera. "No lo sé. Haré lo que sea necesario para ganar. Es el momento y no se puede hechar para atrás, supongo".