Bajo la sombra del viaducto de la Cinta Costera, frente a la Nunciatura Apostólica, un grupo de personas se arremolina en la parada. Buses "piratas" recogen a las personas, en ruta hacia la 24 de Diciembre. La falta de autobuses regulares hace que los ciudadanos tengan que utilizar el transporte ilegal, en horas de la tarde y en la noche. A 10 kilómetros de distancia, otro enredo se forma al anochecer. La parada frente al Súper 99 de Balboa, cerca de la Avenida Cincuentenario, se convierte en un pandemonio. Decenas de estudiantes de colegios públicos esperan horas, hasta que un autobús se apreste a llevarlos. Otros ciudadanos, al llegar un transporte colectivo saturado de gente en su parte frontal, abre las puertas traseras del bus para ingresar, corriendo el riesgo de sufrir un accidente, si el vehículo toma marcha.
La problemática del transporte público en Panamá es conocida por todos. Un grupo de pseudo dirigentes transportistas, que no suman más de 150, tienen secuestrado a más de un millón de usuarios, personas como usted que no tiene otra alternativa que montarse en un "Diablo Rojo", soportando maltratos, sudando como cerdo o recibiendo improperios de un conductor irresponsable o un "pabo", con cara de delincuente.
Igual que en el cuento infantil de antaño, las autoridades del nuevo Gobierno ya han advertido al sector transportistas que "viene el lobo". Es decir, que la modernización del transporte público en Ciudad de Panamá será un hecho, pese a las presiones y las negativas de los dirigentes de la Cámara Nacional del Transporte (CANATRA). Para colmos, los transportistas tienen la desfachatez de exigir al Presidente Ricardo Martinelli tres puntos: más prórrogas para la pintura de los taxis al color amarillo, que los incluyan en sistema del transporte masivo (Metro) y que se les pague hasta 75, 000 dólares, como indemnización, por su loable trabajo de hacer insoportable la vida de los panameños.
Como era de esperarse, las nuevas autoridades cerraron el puño y anunciaron el inicio del proceso de licitación para la operación de tres zonas de rutas de autobuses, en la Ciudad de Panamá. Cerca de 2, 000 vehículos de transporte de pasajeros deberán ser adquiridos y el marco de la licitación se abre tanto para empresas panameñas como extranjeras.
Los transportistas solo podrán participar de la futura licitación de rutas, si están Paz y Salvo con la Autoridad del Tránsito, saldando los extensos prontuarios de boletas, infracciones y violaciones a la ley, lo cual hace difícil su inclusión en el nuevo sistema de transporte integrado. Es más, por no ser sujetos de crédito, es seguro que menos oportunidades tendrán para siquiera unirse a un consorcio de renombre, para competir por el control de una de las nuevas zonas de rutas.
Ante este anuncio, ya la CANATRA anunció que el miércoles 5 de agosto realizará una asamblea general para tomar medidas de fuerza, como la paralización de labores, dejando a más de 900, 000 panameños sin transporte público en toda la capital, incluyendo Panamá Oeste. En momentos tan cruciales como la implementación del nuevo sistema de transporte, que incluye un tren urbano o Metro, combinado con rutas de nuevos autobuses "alimentadores" de la futura línea férrea capitalina, se hace imperante que la ciudadanía, que los miles y miles de usuarios que utilizan los llamados "Diablos Rojos", respalden el cambio de la deteriorada flota de buses actual, por un mejor servicio de traslado de pasajeros.
Si usted, buen lector, quiere tener una mejor calidad de vida, con nuevos autobuses y un metro de primer mundo, ha llegado el momento de apoyar a las presentes autoridades para seguir adelante con el "cambio".
Los usuarios del transporte somos todos. Incluso, somos más que los buseros. Diga no al paro transportistas. Por un Panamá mejor...