¡La narcomafia está acabando con El Chorrillo! Ese es el sentir de la comunidad del popular corregimiento.
Entre los deteriorados multifamiliares hay niños, jovencitas, mujeres maduras y hombres de todas las edades que no se avergüenzan de aceptar que tienen miedo y acusan directamente a una organización criminal de imponer el mando a punta de bala.
"No creen en nadie. No respetan ni a las madres. Matan como si fuera un vicio, como si tomaran soda", fue el comentario frente a la playita del corregimiento.
El olor a rabia e impotencia se mezcla con el sopor de la muerte en El Chorrillo desde hace poco más de dos semanas.
Los ataques no tienen horario ni fecha en el calendario.
Según algunos chorrilleros, lo que allí ocurre es una lucha por dominar el territorio para la venta de drogas. "La situación es seria. Es algo así como los carteles colombianos. Aquí corre droga en grandes cantidades. Se dan tumbes que representan muchos miles de dólares. Casi millones. Y todos aquí saben que un narco los controla a todos ellos, desde la cárcel".
Tales aseveraciones son de un chorrillero que asegura que es víctima de todo lo que ocurre en el barrio, donde no se atreven a salir de sus casas y tienen que vivir con temor de que en cualquier momento caiga alguien inocente.
Confesiones recogidas en las esquinas revelan que aparentemente los criminales han reclutado a otros grupos narcopendencieros, a quienes les proporcionan armas, seguridad y otros beneficios a cambio de que se unan al narcoclan.
En los callejones del barrio se oye el murmurar de mujeres y hombres.
"Algunos policías están metidos". La afirmación salió en coro. Los chorrilleros aseguran que la noche cuando mataron a Walter Clark (25 de julio), un uniformado le dio "el dato" de que "lo habían sapeado" por un crimen que había ocurrido en Arraiján y en el cual él estaba supuestamente involucrado.
C: ¿Cómo consiguen las armas?
Fuente: ¿Quién las da? Conseguir un arma legal es un lío. Y aquí no hay subastas de armas de fuego. ¿Dónde se consiguen las armas? ¿Dónde hay armas que nadie reclama, que son decomisadas?
Las Calles 25, 26, 27 y 28, ayer, lunes, estaban casi desiertas. Uno que otro ciudadano desafiaba la muerte e iba a la tienda a comprar condimentos para algunas arvejas que se preparaban en alguno de los apartamentos de los multifamiliares y cuyo olor se expandía por la atmósfera pesada.
En los rostros de jovencitos se marcaban arrugas de impotencia, rabia, coraje, ira por no poder disfrutar del sol de la tarde y miraban con desconfianza a los forasteros. Los patios, llenos de "cartuchos de tienda", latas aplastadas y demás, daban el aspecto de un pueblo fantasma.
Dos autopatrullas fueron vistos: uno en la entrada a la Calle 25 y otro a la salida de la Calle 27. En el resto del barrio no había ningún uniformado. "Ellos llegan cuando cae alguno", fue la respuesta.
Y mientras la pesadez de la tarde adormecía los sentidos, un visitante de Panamá Oeste mascullaba: "¡Cobardes! Matar gente de esa manera es cobardía. Pero bueno, así es el sistema en este barrio".
Eran las 3:15 de la tarde cuando en el barrio costero corrió la noticia como pólvora: ¡Acaban de matar a uno en Calle 13 (Santa Ana, a pocas cuadras de El Chorrillo)!