El gasto del consumidor en Estados Unidos registró en junio su mayor caída desde septiembre del 2001 en la medida en que los estadounidenses, afectados por los altos costos de la energía, redujeron drásticamente sus compras de automóviles, informó el gobierno ayer.
El gasto personal cayó un 0,7 por ciento en junio tras haber crecido un 1,0 por ciento en mayo, según datos divulgados por el Departamento de Comercio. Los economistas de Wall Street habían previsto una leve caída de 0,1 por ciento.
Ajustado a la inflación, el gasto cayó un 0,9 por ciento.