Los pasajeros extranjeros que llegan al Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) son los que, en todo el país, pasan más tiempo en cola esperando ser procesados por Inmigración, dato que ha hecho sonar la alarma entre la comunidad empresarial consciente de la dependencia que tiene el sur de la Florida del comercio y el turismo.
Las demoras en los controles de inmigración en el aeropuerto preocupan a la comunidad de una ciudad que se precia de ser "La puerta de las Américas".
"Los empresarios no se siente bien cuando llegan a Miami", afirmó a periodistas Antonio Villamil, de la Cámara de Comercio de Miami.
"Tenemos un problema y nos preocupa mucho esa situación que hasta ha llegado a ocasionar la suspensión de convenciones en Miami y su traslado a otras ciudades", agregó el directivo a la agencia de noticias EFE.
De acuerdo al informe más reciente de la Oficina de Contabilidad del Congreso de EE.UU. (GAO en inglés), que comparó durante dos meses el proceso en los 20 aeropuertos más transitados del país, Miami se demora un promedio de unos 49 minutos en realizar el control de pasaportes del 98 por ciento de los pasajeros de un avión.
Este lapso es diez minutos superior al del aeropuerto "Kennedy" de Nueva York y 20 minutos más alto que el de Los Angeles.
DESORGANIZACION
Miami, con unos 30 millones de pasajeros al año, es el decimoquinto aeropuerto con más tránsito en EE.UU., de acuerdo a las estadísticas del Consejo Internacional de Aeropuertos.
Además, en la terminal de Miami recalan numerosos vuelos procedentes de Europa con conexiones a América Latina, lo que hace que sea un lugar de paso obligado para miles de pasajeros cada año, que deben desfilar ante los controles migratorios estadounidenses antes de tomar su conexión.
Las autoridades del aeropuerto de Miami han atribuido el problema a falta de personal y tanto la Cámara de Comercio, la alcaldía de Miami como el gobernador de Florida Jeb Bush, hermano menor del presidente de EE.UU., han solicitado que el Departamento de Seguridad Nacional asigne más personal a los controles de emigración.
Un ejecutivo de una conocida multinacional de telecomunicaciones que tiene su sede en Miami comentó a El Nuevo Herald que las esperas en el aeropuerto, mucho más largas que en otros países, además de las dificultades en obtener visas, han llevado a trasladar a fuera de Estados Unidos las sedes de sus encuentros regionales.