¡Ojo! Si usted es de esas personas que le gusta burlarse de las personas mayores, que ve deambulando por las calles, por favor no lo haga más.
Ellos no están así porque les dio la gana, o porque fueron viciosos o algo parecido. ¡No!, ellos sufren de una enfermedad que cada año va en ascenso y aumenta el número de pacientes en los hospitales de salud mental.
Un enemigo silencioso que está afectando no sólo en Panamá, sino a nivel mundial a ese gran número de adultos mayores. Nos referimos a la enfermedad del Alzheimer.
Ella es la causa más frecuente de demencia en los ancianos, es un trastorno grave, degenerativo y se produce por la pérdida gradual de neuronas cerebrales. Pero lo peor, sus causas aún no son del todo conocidas, lo que sí se sabe es que es de tipo mental y lleva a la pérdida de la memoria.
El Alzheimer afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Aunque cada vez se sabe más sobre esta enfermedad, como mencionamos con anterioridad se desconoce la causa exacta de la misma, y hoy no hay un tratamiento eficaz contra ella.
Las estadísticas en Panamá y el resto del mundo es alarmante. Se dice que entre un 25 y 50% de las personas que superan los 65 años de edad tienen problemas subjetivos de pérdida de memoria, sin embargo, eso no significa que estas personas desarrollarán una demencia severa en el futuro y muchos especialistas suelen considerar esta disminución de la capacidad mental con la edad del ser humano.
Se le debe su nombre por el médico alemán Alois Alzheimer, quien la describió con ese nombre en 1906, luego de atender por cinco años a una paciente de más 50 años que por un delirio de celos había sufrido una rápida pérdida de la memoria, la cual era acompañada por alucinaciones, desorientaciones del tiempo y grave trastorno del lenguaje.
Al dedicarse por años a los estudios de ella, y descubrir que la misma se debía a la disminución de neuronas en el cerebro, se le denominó de esta forma.
APOYO AL ENFERMO
En Panamá existe una fundación dedicada a ayudar a las personas y familiares que padecen de la misma. En ella, se les enseña la manera en que se puede ayudar a quien padece de la misma.
Muchas de estas medidas no farmacológicas, han demostrado contribuir a mejorar la situación del paciente. Les frena un tanto, el deterioro progresivo y les ayuda a superar esas dificultades que a diario les afectan.
Leer, hacer actividades físicas, excursiones y labores sencillas son buenas para ellos, ya que los mantiene activos. Esto se recomienda en la etapa inicial de la enfermedad.
Pero en la fase intermedia, la cosa es más compleja y los familiares deben saber que para comunicarse con el paciente se debe usar un lenguaje simple y concreto con frases sencillas y cortas.
Esto lo recomienda la especialista puertorriqueña Carmen Sánchez, quien estuvo hace poco en Panamá en un congreso donde se abordó todo lo relacionado a esta delicada enfermedad.
"Los familiares no deben irritarse ni enfadarse con el paciente, ya que esto no ayuda en nada", aseguró Sánchez.
Ya en el tercera fase o terminal, el paciente es 100% dependiente y cualquier cosa lo afecta. Incluso, un resfriado o leve deshidratación lo lleva a empeorar su situación.
TRATAMIENTO
Al ser esta una enfermedad mental, los especialistas en psiquiatría tienen mucho que ver en ella.
La directora del Hospital de Salud Mental, Dra. Juana Herrera, explica que a pesar de no haber un medicamento que la combata, a los pacientes en su etapa inicial se le puede suministrar medicamentos como los inhibidores de la colinesterasa, los cuales pueden prevenir el empeoramiento de algunos síntomas por un tiempo limitado.
"Aquí lo importante es que los familiares sepan tratar al paciente, ya que al ser una enfermedad de tipo mental, el enfermo no tiene conciencia de lo que sucede", resaltó la especialista.
¿COMO MANEJAR EL PACIENTE?
Un informe de la Fundación para el Tratamiento del Paciente con Alzheimer da unos consejos para tratar a los pacientes. Convivir con un enfermo de ésta, no es fácil, y los problemas de él quedan siendo de toda la familia.
Por ello, estos son algunos de los consejos:
El paciente debe conocer su entorno. Los cambios a menudo favorecen a la desorientación y problemas de ubicación.
Los familiares deben estar pendientes de ellos. Los mismos suelen perderse con frecuencia, así que tiene que tener sumo cuidado con esto.
Es bueno que hagan ejercicios regularmente. Que caminen en áreas seguras, es una de las mejores opciones.
Se deben mantener las relaciones sociales. En ello favorecen mucho las visitas de amigos y familiares.
Los miembros de la familia deben saber que al ser la enfermedad progresiva, la salud del enfermo cada vez se deteriorará más. Se recomienda ir comprando lo que en un futuro le será útil (sillas de ruedas, camas articuladas, etc).
Ya lo sabe, es una enfermedad que no tiene cura, pero en la cual usted puede ayudar mucho al paciente que en un momento la padece.