Panamá se volverá a paralizar. Otra vez el deporte será el responsable. Hoy no es "Mano de Piedra" Durán, es la selección nacional de fútbol que trata de cumplir su mayor logro: conquistar la Copa Oro.
Cuando a las dos de la tarde, el onceno nacional salga al engramillado del estadio Giants, en Nueva Jersey para enfrentar a la potencia de Estados Unidos, todo un país estará apoyando desde la distancia a esos pequeños gladiadores.
Lo de hoy parece un sueño, una fantasía. Nadie creía, ni siquiera el más optimista, que Panamá llegaría a dilucidar con los norteamericanos el máximo torneo a nivel de la CONCACAF.
Sin duda que los norteamericanos salen como los grandes favoritos. Ellos tienen todo para ganar: estadios, fanaticada, dinero, mejores ligas y facilidades. Pero Panamá cuenta con un arma secreta: el hambre de triunfo de jugadores que quieren darle satisfacción a su Patria.
El equipo panameño ha dado un giro total a su participación en la eliminatoria de la CONCACAF, para asistir al Mundial de Alemania. Panamá está en el sótano con dos puntos, pero en la Copa Oro, hay un equipo diferente.
¿Qué pasó?. Nadie sabe. Será que hay otra actitud. A lo mejor el retorno de los hermanos Julio César y Jorge Luis Dely Valdés, han inyectado inspiración al onceno nacional. Algunos le dan crédito al técnico y otros al roce internacional que han hecho madurar a los jugadores. Sólo Dios sabrá cuál es el secreto.
Lo cierto que la tarea de hoy es difícil, pero no imposible.
Sería el triunfo deseado para sellar con broche de oro una jornada de ensueño. La victoria de David sobre Goliat. No hay tarea imposible para hombres inspirados en su orgullo personal y patriótico, es allí donde surge lo mejor de cada uno. ¡Eso esperamos hoy!.