Nuestro país es digno de admirar. Tiene de todo. Una población multiétnica integrada pese a las dificultadas sociales, tenemos una economía estable gracias al desarrollo comercial, vivimos en paz y poseemos un canal interoceánico, considerado como una de las maravillas tecnológicas de la Humanidad.
Hace poco hablamos con un diplomático extranjero y vuelve a resaltarse el problema del transporte. "Panamá tiene de todo, pero su sistema de autobuses es lo peor", alertaba nuestro amigo, quien evalúa constantemente el riesgo de inversión en el istmo.
Desde que se pensó en la idea de modernizar el transporte público en ciudad de Panamá, se han propuesto diversas alternativas para acabar de una vez con el relajo de los conductores de los "Diablos Rojos", la mala maña de los "pabos", además de las regatas o carreras infernales de autobuses por las avenidas de este país.
Quizás el año 2005 ha sido el año más lamentable en la cifra de accidentes provocados por los "Diablos Rojos", que ronda en 50, contando choques y muertes de peatones por la imprudencia de los palancas.
¿Y que hacen las autoridades? Se molestan porque en esta columna y en otras investigaciones periodísticas les cuestionamos la lentitud en definir rápidamente cuál sistema de transporte masivo se aplicará.
El pasado viernes, el Ministro de Gobierno, Héctor Alemán, y el director de la Autoridad del Tránsito, Angelino Harris, se reunieron con los transportistas, quienes amenazaban con lanzar una paralización del servicio, argumentando que el pasaje es muy barato, que los estudiantes deben pagar la tarifa unitaria y que el combustible esta caro.
En dicha reunión, ni siquiera se les pidió a los buseros que prestarán un mejor servicio, pues todo fue lloradera.
Al parecer, el Gobierno de turno sólo piensa en resolver las crisis en el momento y no ven con luces largas los problemas del futuro. Y es que Señor Presidente Martín Torrijos, el panameño humilde ya está cansado de andar en autobuses con asientos oxidados, sin aire acondicionado, con amenazas constantes de los buseros y el peligro de perder la vida en un accidente de tránsito en el camino de regreso a casa, tras venir del trabajo diario.
Si ya se definió cuál sistema de transporte masivo se implementará en ciudad de Panamá, que es al parecer el modelo de autobuses articulados que se una en Bogotá, Colombia, pues que venga pronto, aunque nunca estuvimos de acuerdo con esta propuesta porque esos vehículos serán altamente contaminantes y será de seguro de segunda mano.
Para nuestra hermosa ciudad capital, es mejor colocar un metro, un monorriel o un tren ligero, pues no son ruidosos, no contaminan al entorno ambiental y prestan una imagen más decente para un destino turístico como lo es Panamá.
Ojalá que nuestro Presidente, quien tiene la decisión final para mejorar el transporte urbano, decida bien y pronto la solución a la crisis en cuestión.