Luego de 10 días de enfrentamientos, por primera vez se pudo apreciar nuevamente el movimiento comercial acostumbrado, en las principales avenidas de la ciudad de Changuinola, en la provincia de Bocas del Toro.
Los supermercados fueron abarrotados y ni hablar de los cajeros automáticos.
La ciudad quedó como un campo de batalla, carros destruidos, carretas atravesadas, una extraordinaria cantidad de piedras en la calle que parecían una quebrada seca, edificios humeantes que al pasar cerca, además del humo tóxico, provocaba náuseas y ardor en los ojos, producto de los residuos de los gases lacrimógenos.
El Ministerio de Obras Públicas limpió las calles y desechó la cantidad de piedras por las que estaban cubiertas.
Venancio Caballero, presidente de la Cámara de Comercio de Changuinola, dijo que las cifras en pérdidas podrían alcanzar los 38 millones de dólares.