Los obispos del país advirtieron que la "mano dura" del gobierno contra la delincuencia no puede reducirse sólo a operaciones represivas y punitivas, a la vez que rechazaron aplicar la pena de muerte, porque "sólo Dios es dueño de la vida".
La Conferencia Episcopal Panameña (CEP) destacó que es necesario tener presente que el recurso de la fuerza, algunas veces necesario, ha de ir siempre acompañado de un análisis serio de los motivos subyacentes y de planes preventivos, pedagógicos y de resocialización, que insistan en el fortalecimiento de la célula familiar, y el respeto a los derechos fundamentales del ser humano.
Para el presidente de la CEP Oscar Mario Brown, la "mano dura" surge cuando "no hemos sido capaces" de prevenir los delitos en la comunidad" y frente al hecho de que los penales, lejos de ser centro de resocialización o de rehabilitación, más bien son de corrupción. Brown sostuvo que el castigo debe ser proporcional a la falta cometida.
En tanto, el arzobispo, José Dimas Cedeño manifestó que para combatir la delincuencia hacen falta fondos, personal y programas.
REFORMAS CONSTITUCIONALES
Respecto a las reformas a la Carta Magna, los prelados destacan que una nueva o reformada Constitución Nacional no es, por sí misma, la solución a los problemas de la sociedad, sino va acompañada de un cambio en los valores y actitudes de los ciudadanos, que ha de empezar desde la familia, base de la sociedad.
La Iglesia urge que hablen y sean escuchados los diferentes sectores de la sociedad en los debates que se desarrollan en la Asamblea y señala que muchas de las propuestas recogen el clamor popular.
Además insta que esa iniciativa no puede ser ocasión para promover los intereses partidistas ni particulares, sino el bien común.