La eliminación en primera fase de Corea y de Japón, los dos países organizadores del Mundial anterior, constató el paso atrás que ha dado el fútbol asiático en el Mundial de Alemania.
Sin su talismán Guus Hiddink en el banquillo, Corea pasó de ser semifinalista en 2002 a caer eliminada en la primera fase, arrastrando al fracaso a la Confederación Asiática, que no pudo clasificar a ninguno de sus cuatro equipos para octavos.