La jugadora belga Justine Henin-Hardenne, que ayer perdió la final femenina de Wimbledon ante la número uno del mundo, la francesa Amelie Mauresmo, reconoció que su rival fue "demasiado buena" para ella.
"No hay mucho más que decir. Ella jugó mejor, supo aprovechar sus ocasiones y fue demasiado buena para mí", afirmó, tras concluir el duelo en la pista central, en la segunda final que disputa la belga en el All England Club, donde también, en el 2001, había caído en la última ronda del torneo ante la estadounidense Venus Williams.