En el complicado mundo de la alimentación humana, en ocasiones necesitamos de baterías que ayuden a mejorar el trabajo de nuestro organismo como las bifidobacterias y los lactobacilos.
Según el gastroenterólogo y nutriólogo pediatra, Roderick Bejarano, uno de estos organismos son los probióticos.
Estos microorganismos vivos de origen humano activan el sistema inmunológico del bebé y lo protegen contra enfermedades tales como el rotavirus, diarrea y otras enfermedades gastrointestinales.
Los probióticos pueden ser adquiridos a través de la dieta o la alimentación, y forman parte las bacterias benéficas que se encuentran en el intestino, pero van a ser de efecto saludable para las personas que lo consumen.
Cabe destacar que al momento de nacer, el bebé posee un tracto intestinal estéril, que va a ser colonizado por ciertas bacterias maduras que surge tras el contacto del pequeño con el canal de parto. Pero la necesidad de estos microorganismos se hace más importante en los niños nacidos a través de cesárea, ya que se enfrenta con factores ambientales.
Estos microorganismos tapizan el intestino de tal manera que las bacterias patógenas que causan enfermedades puedan adherirse a la superficie intestinal y causar infecciones.
Estas bacterias benéficas se comen los ácidos grasos de cadena corta, que son los alimentos de las bacterias malignas y evitan que pueda reproducirse y causar enfermedades.
Estos microorganismos provocan que la flora intestinal sea ácida, lo que hace que las bacterias patógenas no puedan reproducirse de manera adecuada, además favorece la similación de hierro y zinc.
Hasta hoy estos microorganismos solo eran recomendados para niños mayores de 9 meses, pero debido a los beneficios corporales se ha integrado en algunas fórmulas para niños de 6 meses en adelante.
"Próximamente va a existir una fórmula infantil, donde se van a agregar estas bacterias para que estén presentes desde el primer mes de vida, que llegará al mercado panameño en julio", afirma el especialista.
Estos beneficios también se ven contemplados en los niños que puedan sufrir de enfermedades de la piel hereditaria como la dermatitis atópica y el asma, ya que estas bacterias mejoran los mecanismos de defensa desde los primeros meses de vida.
El consumo debe ser diario, y no tiene complicaciones en personas con problemas de inmunodeficiencia como los pacientes con VIH, o Anemia Falciforme.