En lo referente a la pintura, en México expuso con pintores amigos que lo obligaron a hacerse pasar como mexicano junto a maestros muy conocidos y que están en la historia de la pintura mexicana como Raúl Anguiano y Francisco Dosamantes.
Una anécdota: Una señora a quien pintó un retrato, cuando supo que el pintor era panameño se puso furiosa porque ella intuía que tenía que ser mexicano. Cuando vio el retrato, quedó encantada al extremo que cambió toda la decoración de su casa incluyendo muebles para que el cuadro sobresaliera.
La señora admitió que el maestro Mata había dejado en alto la paleta panameña.
En los círculos sociales mexicanos, en colecciones privadas hay muchos cuadros del pincel y la paleta del maestro Eduardo Mata de Alba, ya que residió en México durante 30 años.
Ha expuesto en Acapulco, México, y en el Distrito Federal en diferentes galerías en exposiciones individuales y colectivas y, actualmente está preparando sus obras para una exposición individual a fines de este año.
Sus obras están en colecciones privadas de París, Panamá, México, Nueva York, Washington y San Juan, Puerto Rico.
El maestro Mata regresó definitivamente al país en 1999 y, después de una controversia teatral (pues le quitaron el teatro donde se iba a estrenar una obra suya), se ha dedicado por entero con vigor y con salud a la pintura hasta el día de hoy.