La primera mitad de la década del treinta, antes que empezará la gran conflagración mundial, fue testigo del entusiasmo que los pocos colegios secundarios del país invirtieron en el deporte. Destacaban varios equipos de baloncesto, entre ellos, el de "Chiriquí", en el que participaban dos atletas cuyos nombres se recuerdan por su fama bien ganada: Delmira Pierce y Oyantay Hernández, quienes aparecen entre las integrantes de este quinteto.