El parque arqueológico denominado "El Caño" está localizado en el corregimiento de El Caño, distrito de Natá, provincia de Coclé, a tan solo unos tres kilómetros de la carretera Interamericana.
Desde el punto de vista histórico, este sitio arqueológico representa un legado de gran importancia científico y cultural para la nación panameña; toda vez que los científicos nos refieren que este lugar fue habitado por indígenas de diferentes lugares, atraídos por la fertilidad de sus tierras, así como la abundancia de peces y la práctica de la cacería como medios de alimentación.
Hasta 1973, éste era un área ganadera; poco después, el Ingenio Ofelina adquiere estos terrenos para el cultivo de caña de azúcar; pero como el terreno no era uniforme se tuvo que nivelar con tractores. El territorio estaba formado por una serie de montículos de tierras, pero no se contaba que éstos no eran formaciones normales de la naturaleza, sino que los indígenas las acumulaban para enterrar sus muertos, ya que las crecidas del río inundaban el área donde reposaban las tumbas.
Una vez que se comienza con la remoción y nivelación del terreno, los técnicos empiezan a notar las apariciones de utensilios de fabricación indígena y se percatan así las autoridades en la materia, de la posible existencia de otros tipos de hallazgos, como sepulturas antiguas que datan de la época después de Cristo.
Es así como los científicos de la National Geographic en sus radiografías infrarrojas detectaron que entre 60 a 100 hectáreas de tierras guardan la evidencia de la existencia de sepulturas, específicamente bajo estos montículos de tierras.
Actualmente se están realizando más excavaciones para la búsqueda de restos humanos. Lo cierto es que los científicos de la National Geographic trabajan estas excavaciones, montículo por montículo, en forma lenta, pero ordenadamente con el rigor del trabajo científico.
Hoy, en el Parque Arqueológico de El Caño existen varias muestras de osamentas humanas, aparentemente las notamos completas, al descubierto; desde hace unos 28 años, las encontramos expuestas al público.
Estos restos humanos expuestos datan de siglos después de la existencia de Cristo; sin embargo, notamos que esta exposición es peligrosa, pues estos cuerpos no están protegidos por techos, ya que el anterior se deterioró, los funcionarios responsables del museo han solicitado al gobierno nacional presupuesto para la confección de chozas techadas para la protección y conservación de los restos humanos. Pero hasta el día 16 de febrero de 2008, no se había resuelto este inconveniente, sería lamentable que los panameños perdiéramos estos tesoros de la cultura de nuestra historia, por la indolencia burocrática de los gobernantes de turno.