Bocas del Toro constituye un verdadero paraíso en el Caribe para quienes tienen el privilegio de visitarlo.
Uno de sus atractivos es la isla de la Rana Roja, que congrega diariamente a gran cantidad de turistas que llegan movidos por la curiosidad de conocer a ese raro anfibio que es propio del lugar.
Cuentan los bocatoreños que esta diminuta rana roja, que parece tan indefensa, era usada por los indígenas para envenenar con su sangre las lanzas empleadas en la cacería.
La gran curiosidad que mueve a la gente que visita el lugar es tanta, que ha sido explotada comercialmente por los propietarios de esta isla, que cobran B/2.00 por persona. Un viejo indio se encuentra en la entrada con los brazaletes en las manos, listos para ser colocados a los visitantes.
Una vez se inicia el recorrido por el sendero, va aumentando la curiosidad por ver a la famosa "ranita roja", que muchos piensan que la van a ver en su hábitat normal, pero ¡qué va!
Cuando ya se ha avanzado cierto tramo del sendero te encuentras a unos graciosos pequeñines, descalzos y despeinados y hasta sin camisa, que sacan detrás de su cuerpo, para hacer más evidente la sorpresa, unas botellas de soda plásticas recortadas en la parte de arriba.
Lo más asombroso es que la gente corre a ver qué es lo que les quieren mostrar porque la famosa "rana roja" es tan pequeña que hay que hacer un esfuerzo para verla bien.
¡Ay qué linda!, exclaman los visitantes sorprendidos con la belleza de esta rana que permanece inmóvil, como cohibida, al estar fuera de su ambiente y vista por tanta gente.
El encanto de la ranita roja envuelve a los turistas que inmediatamente se preparan para tomarle fotos a esta rara especie como un lindo recuerdo de su paso por la provincia de Bocas del Toro. Enseguida son perturbados por: ¿la moneda?, que se repite hasta que el público les da lo que los niños piden con vehemencia.
Enseguida las personas que visitan el lugar meten sus manos en las carteras y sacan desde una moneda de 0.25 y más.
Estos niños aparecen en varios puntos del sendero con sus ranitas en las manos.