Allá por el año 1963 se presentó en los bailes de música típica popular la primera mujer acordeonista que por cierto era muy buena, ya que tenía un gran "dedaje".
Su presentación fue todo un acontecimiento por lo novedoso, sin embargo, por prejuicios de los bailadores, sobre todo las mujeres, no permitieron que avanzara este espectáculo singular. Pero "Chenda" quedó en la historia como la primera mujer acordeonista que tuvo Panamá.