Los centros de salud, hospitales estatales y clínicas privadas están repletos de panameños afectados con casos de influenza. El aumento es significativo, ya que en apenas el primer semestre del año se ha superado el número de afectados que se dieron en el 2009.
Frente a la situación urge mayor orientación de las autoridades de Salud, para prevenir en vez de curar la enfermedad, sobre todo en esta época donde la expansión el virus se ve favorecida por la actual temporada de lluvias.
De igual modo debe mayor celo de los médicos y hacer una evaluación adecuada a los pacientes y no limitarse a observar gargantas para luego recetar inyecciones, porque pueden tratarse de otras enfermedades más graves como el dengue o el virus AH1 N1.
Así mismo, el brote de encefalitis equina detectado en Darién y en Panamá Este obliga a las autoridades de Salud a desplegar un mayor esfuerzo para ir de casa en casa para vacunar a los caballos y verificar las condiciones de las letrinas en los lugares más pobres del país.
Las personas que presenten signos como fiebre, dolor de cabeza y huesos, irritabilidad si se trata de menores de un año, vómito o diarrea, deben acudir al centro de salud más cercano para descartar un posible cuadro de encefalitis.
Pero más que estadísticas, la población requiere de los encargados de Salud una acción más activa y que se desarrollen acciones de educación permanente para evitar la propagación de enfermedades, cuyo impacto puede disminuir notablemente con una serie de recomendaciones sencillas de poner en práctica. No hay que esperar las epidemias para reaccionar.