Una infausta noticia llenó de pesar ayer al mundo del baloncesto panameño con la partida de Pedro "El Mago Rivas", a quien en vida no le brindó el reconocimiento que merecía como una de las mayores glorias deportivas del país.
"Si el mañana convierte la actuación de Rivas en una simple estadística, ese mañana será injusto con la historia del baloncesto panameño y de América", escribió premonitoriamente un periodista colombiano en 1968, luego de las Olimpiadas de México de ese año.
Este extraordinario deportista, integrante de la Selección Nacional de Baloncesto entre 1966 y 1976, se levantó gracias a sus propios esfuerzos desde su humilde cuna colonense, donde conoció la pobreza y la entereza para sobreponerse a las adversidades.
Histórico fue desempeño en aquel partido por la presea de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970, en el que Panamá venció al quinteto de Cuba 86 puntos contra 81.
Con su compañero Davis Peralta hicieron estragos en los tabloncillos de diversos países y hasta fue seleccionado para integrar el equipo Mundial, tras las Olimpiadas de México, en 1968.
Sin hacer comparaciones, es menester indicar que pese a los galardones que Panamá ganó con su actuación en torneos internacionales, nunca fue debidamente reconocido como si lo fueron otras grandes glorias del deporte nacional.
Quizás ahora con su partida vendrán los homenajes y mañana cuando se construya se le asignará el nombre del "Mago" Rivas, pero los reconocimientos deben hacerse en vida.
!Descansa en paz "Mago" Rivas! y gracias por las glorias que entregaste a esta patria que tanto amaste con el corazón.