A los casi 90 años, muchos pensarían que un adulto mayor debería estar descansando tras una larga vida de trabajo y de aporte a la sociedad.
Pero para don Máximo Cortez eso no ha sido así, pues desde la semana pasada-cuando un grupo de delincuentes le incendió su casa y lo obligó a abandonar la que por más de 20 años ha sido su morada-lo que ha vivido ha sido en verdadero "vía Crucis".
El señor Máximo responsabiliza a los hijos de unos vecinos con los que durante muchos años ha tenido problemas, como los responsables del incendio de la casa ubicada en la barriada de Santa Eduviges, en Tocumen, y aunque la denuncia ya ha sido interpuesta ante las autoridades, siente que no se le ha prestado la debida atención.
La triste realidad para ese adulto mayor es que después del incendio no ha podido retornar a su propiedad por motivos de seguridad, porque las amenazas a su integridad física no han cesado. Tiene que dormir donde puede sin ropa ni enseres, porque los mismos quedaron hechos cenizas durante el siniestro.
Don Máximo clama porque las autoridades lo ayuden, aunque un dejo de tristeza lo embarga porque asegura que aunque haga lo que haga es muy difícil que se haga el milagro de regresar a su amado hogar.