El español Rafael Nadal mostró ayer su satisfacción por haber vuelto a la Central, su cancha preferida y "la pista más bonita y emblemática del mundo", dijo, en la que tras un partido "muy completo" con el japonés Kei Nishikori superó la primera ronda de Wimbledon.
El balear, vencedor de Roland Garros, regresó este año al All England Club tras haber sido baja en la pasada edición por una lesión de rodilla.
"Estoy muy contento por haber vuelto y por jugar en la pista más bonita y emblemática del mundo, comenzó diciendo el mallorquín a las preguntas formuladas en inglés.
Luego se refirió a su próximo rival, el holandés Robin Haase, que ayer venció al estadounidense James Blake, para subrayar que será un rival "duro, y más en hierba".
De él dijo que "tiene un servicio muy difícil de romper", por lo que tendría que estar "muy sólido para que él sienta la presión".
Además, aunque "ha estado lesionado, ya apuntaba muy arriba hace tres años, va a ser un partido muy difícil", añadió.
El número uno del mundo y segundo favorito reiteró que se sentía muy feliz, "muy contento de estar otra vez en Wimbledon".
"Creo que he hecho lo mejor que he podido mientras he estado entrenando, con muy buena actitud. He intentado adaptarme lo mejor posible a esta superficie", afirmó.
Con relación al japonés Nishikori, Nadal consideró que "siempre jugar contra jóvenes es complicado, es rápido, tiene muy buena derecha, y estuve cerca de perder contra él en Queens hace años".
Para lo que resta de temporada, Nadal dijo que intentará "jugar un pelín mejor", y añadió: "pero me he encontrado bastante bien".