La selección paraguaya de fútbol se ejercitó ayer por penúltima vez en las instalaciones del colegio Michael House de Balgowan, antes de partir hoy a Polokwane, donde se jugará el pase a los octavos de final en el partido contra Nueva Zelanda, el próximo jueves.
Durante cerca de hora y media, y a puerta cerrada, el plantel guaraní entrenó a las órdenes de su preparador, el argentino Gerardo Martino, que no se plantea resguardar a futbolista alguno, como los dos amenazados de suspensión por tarjetas: Víctor Cáceres o Enrique Vera.
El estado físico de los dos lesionados, el zaguero Antolín Alcaraz, con un esguince de tobillo, y el centrocampista Jonathan Santana, con una contractura en el muslo izquierdo, son las únicas incógnitas del cuadro paraguayo en el duelo frente a Nueva Zelanda.
Ni el defensa ni el volante se sometieron al mismo ritmo que el resto de jugadores en la práctica, desarrollada a primera hora de la tarde de este martes.
Gerardo Martino insistió en la táctica, en movimientos específicos y en la posesión de la pelota, arma de Paraguay frente a sus rivales, tal y como sucedió en el choque frente a Eslovaquia.
El hecho de que Nueva Zelanda aún albergue opciones de alcanzar los octavos de final, le convierte en un adversario de cuidado. Especialmente tras los resultados cosechados frente eslovacos e italianos, lo que ha disparado su autoestima y su panorama en el Mundial.
De hecho, la plantilla de Paraguay aprovechó la tarde en el hotel para visualizar en video a su próximo adversario en Sudáfrica 2010. Es un rival relativamente desconocido, que se ha ganado el respeto en sus actuaciones previas.
La selección paraguaya aún tiene pendiente un entrenamiento más en Balgowan antes de partir a Polokwane. El miércoles, a primera hora de la mañana, volverá a los entrenamientos. Martino, que en esta ocasión ha dispuesto de menos días entre partido y partido para preparar el choque, apuntalará el equipo y dejará entrever el once por el que apostará en el partido frente a Nueva Zelanda.
La situación del Grupo F es apretada. Los cuatro equipos mantienen expectativas de clasificación. Paraguay domina el cuarteto y un empate le asegura el pase. Pero también corre el riesgo de quedarse fuera si pierde. Martino no quiere sorpresas y no se plantea reserva alguna.