Fútbol atrevido, de magia, que da ilusión. La Argentina de Diego Armando Maradona -vilipendiada por sus apuros durante las eliminatorias- enmendó entuertos y tapó bocas. Quienes dudaban sobre su capacidad han tenido, irremediablemente, que persignarse y tragar saliva y aceptar: En el banquillo, Maradona ha sacado 'DIEZ'.
Ha sido una primera fase exquisita para el conjunto 'che': en tres encuentros realizó 64 disparos al arco rival, anotó siete goles, recibió uno y promedió un 57% de posesión del balón por partido. ¡Dominio total!
Messi, hasta ahora, aunque divorciado con el gol, ha cumplido con su rol. "La Pulga" lo ha intentado, y si no es el poste son los arqueros quienes prolongan su sed de gol.
A Maradona todo le ha salido bien, ha arriesgado y ha acertado. Antes de tirar a la candela a Palermo (su 'protegido' y a quien llevó a Sudáfrica, a pesar de ciertas críticas), le dijo: "Ve y liquídalo (el encuentro ante Grecia)" y 'El Loco' de Boca Jrs cumplió.
Argentina sublime, todo lo contrario a Francia, que arde de rabia e impotencia. Por los vientos que soplan, hoy podrían caer otros gigantes del fútbol. La confundida Inglaterra de Fabio Capello y la impredecible Alemania necesitan triunfar ante Eslovenia y Ghana, respectivamente, para evitar tomar el "viaje al infierno" que, por su desmesura, emprendieron los franceses.