Victorio Abadía, de 58 años, residente en la casa N� 49 de Pan de Azúcar, se encuentra recluido en el Hospital Santo Tomás, con quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo, desde el 13 de junio.
Mientras tanto, Johana Abadía, hija de Berenice Abadía, quien recibió quemaduras leves en las piernas, se encuentra estable.
Ellos fueron víctimas de la acción violenta de Luis Carlos, el pariente que se roció gasolina y se prendió fósforos, muriendo por ello.
En la casa donde pasó la tragedia, vivían 12 personas, pero ya no hay ningún alma residiendo en ella desde lo ocurrido.
Según Johana, el siniestro se produjo cuando su hermano Luis Carlos se encontraba en el cuarto de ella, pero de repente decidió rociarse gasolina por todo el cuerpo e incendiarse.
A Luis Carlos, quien llevaba más de tres semanas de haber sido despedido de su trabajo antes de que se produjera el siniestro, se le notaba extraño, mantenía un gesto depresivo, no hablaba con nadie, era un hombre reservado.
Según testigos, el día de la tragedia Luis Carlos discutió con su tío Victorio Abadía, porque supuestamente éste ultimo le reclamaba el hecho de que había intentado mantener relaciones sexuales con una menor dentro de la residencia.
Luis Carlos se enojó y aparentemente no pudo controlar su intolerancia.
SIN HOGAR: UNO NO ESTA
Johana Abadía dijo que dentro de la residencia, el día de la tragedia se encontraban 9 personas, y que desde ese día su madre fue trasladada a casa de otros familiares, para su cuidado.