Sí, cuidado con los vampiros que le chupan energía, como el Conde Drácula al prenderse en el cuello de las víctimas y extraerle la sangre. Los hay en el trabajo, en la casa también, en los medios de comunicación, en los problemas que surgen en los negocios, en las relaciones interpersonales y todos se anidan en el fondo de su yo para dejarlo exhausto y sin ganas de vivir. No permita que le quiten su amor a la vida, ni que lo dejen tirado en la cuneta de su diario caminar sin una gota de energía.
Defienda su fuerza interior, busque la manera de multiplicarla y sepa administrarla bien. Un jefe torturador que le exige más de la cuenta y de malas maneras, un cónyuge despiadado que le encanta bajarle la autoestima, las noticias diarias que presentan solamente el lado trágico de la vida, las preocupaciones inmensas relacionadas con los bajos ingresos, y la brusquedad e incomprensión que se dan en muchas relaciones humanas, todo eso se confabula para hacer de usted, al final del día o de la semana, un ser vitalmente pobre, débil mental, física y espiritualmente. Eso no lo quiere Dios.
Usted debe tener e irradiar energía, saber cómo conseguirla y mantenerla.
Vampiros hay de muchas clases y debe saber identificarlos, y usted debe estar siempre vigilándose para que su estado de energía vital se mantenga. La oración constante basada en una fe inquebrantable, el cultivo de pensamientos positivos y conservar una salud adecuada a base de comer sano, hacer ejercicio físico, tomar contacto con la naturaleza y cuidar buenas amistades, todo esto es clave. Evite el contacto asiduo con personas que le "roban energía" con sus conversaciones pesimistas y una visión de la vida ruin y catastrófica. Empiece la mañana orando, cantando, escuchando música que lo anime y evite estar obsesivamente pendiente, tan temprano, de las malas noticias que dan los medios de comunicación. No permita que ninguna situación adversa lo doblegue sabiendo que "Cristo y usted son mayoría aplastante " y que Dios es infinitamente más grande que cualquier problema que se le presente. La cuestión está en mantener su energía, su fuerza vital y esto es posible porque con el Señor usted es invencible.