¡Coño, te he dicho que no quiero entrevistas con nadie...! No te das cuenta que si me asomo, me destrozarán. Ay, ay, ay....tal vez suene parecido a alguna conversación de cierto personaje conocido por usted, pero lo cierto es que muchas personas que necesitan de los expertos en imagen institucional, corporativa y de etiqueta quieren hacer lo que les da la gana y, al final, quedan mal parados por no dejarse guiar de los que saben.
¿Cuesta mucho hacer caso a los que conocen su materia? ¿El hecho de ser jefes nos impide escuchar a los expertos en asesoría? Ninguna ni la otra debe convertirse en un gran problema. Cuando un asesor dice por aquí, entonces usted debe hacerle caso porque es quien trabaja para que usted se luzca y salga adelante en la función que se desempeña. Si su asesor dice doble a la izquierda, hágalo. No sea testarudo doblando a la mano contraria. Recuerde que podría estrellarse solo y después no le eche la culpa de su fracaso a el equipo que tanto se lo advirtió.
A menudo cientos de profesionales de esta rama nos hacen comentarios sobre este tipo de problema que tienen que enfrentar. En la lista de los que no se dejan asesorar están los ministros, directores de instituciones, diputados y representantes. Estos últimos son los que más obedecen y esto se debe a que están ubicados en un nivel más bajo de poder.
Según los sociólogos, a más poder menos interés en escuchar a los asesores, por eso el fenómeno de los representantes de corregimiento. Ellos, en su mayoría, sí escuchan.
El tema de la asesoría también afecta al sector privado. Gente con grandes capacidades dan importantes aportaciones a sus empresas, pero los gerentes no les interesa escucharlos, a pesar que ellos mismos los contratan supuestamente para mejorar el ambiente de trabajo.
Querido lector, si en verdad quiere ser mejor, déjese guiar.