La serbia Jelena Jankovic estuvo a solo dos juegos de convertirse en la nueva número uno, pero fue su compatriota Ana Ivanovic la que, en un partido loco, fue cambiando de dominadora por momentos, se impuso por 6-4, 3-6 y 6-4 para alcanzar la final de Roland Garros por segundo año consecutivo y lograr ese objetivo.
Ivanovic, de 20 años, fue finalista el pasado año en Roland Garros, semifinalista en Wimbledon y en el Masters, además de ser subcampeona esta temporada en el Abierto de Australia. Ahora es la decimoséptima jugadora que logra el trono mundial.
El partido fue una montaña rusa, pero Ivanovic ganó los tres últimos juegos, cuando impuso su mayor precisión con la derecha, mientras Jankovic sucumbía después de una gran remontada.
Jankovic tuvo el partido ganado, pero nunca mejor dicho desperdició, o quizás mejor, dilapidó sus oportunidades. En el primer set lideró 3-0 y luego 4-2 y servicio, y lo perdió 6-4, dejando que su rival ganara seis juegos consecutivos para colocarse después con 2-0 en la segunda manga.
Este segundo set caería del lado de Jelena, que tras arrancarse la venda que protegía su brazo derecho se sintió más libre y logró salvar una situación desfavorable de 1-3 para ganar por 6-3 este parcial a la cuarta oportunidad.
Jankovic había pasado de la desesperación y el desconsuelo a renacer en la pista Philippe Chatrier donde incluso se permitió el lujo de imitar a su rival, con el puño en alto y a "dispararse" un tiro con los dedos, cuando veía que sus intenciones fracasaban.
Pero fue la reacción de Ana la que provocó el desenlace. Ivanovic se lo jugó todo con un resto feroz, rompió en el octavo juego y ganó.
VA CON TODO: EN LA FINAL
La rusa Dinara Safina afrontará la final "con calma", pero dispuesta a "morir en la pista". "Voy a darlo todo".