El 16 de junio de 1983 recuerdo que trabajaba en la IBM, y allí aprecié la pelea, junto a varios compañeros del área de Ingeniería.
A nivel mundial, Davey Moore era el gran favorito para derrotar a Roberto Durán, un peleador por el que pocos apostaban, sin embargo, seguía teniendo su popularidad.
Davey Moore estaba en su mejor momento y a Durán se le dio la oportunidad titular, más que nada, por sus logros anteriores.
Pero el panameño hizo otra gran hazaña de vencer al norteamericano, y no encontró obstáculos en su rival, al cual dominó de principio a fin.
Durán así volvió a consagrarse, precisamente un día en el que celebraba su cumpleaños número 32, se reconcilió con sus seguidores, hizo otra hazaña.
Antes de la pelea, recuerdo que los expertos no daban ni un real por el panameño.
Comentarios como el que ya estaba veterano, muy pequeño para la división Junior mediana y otros en su contra, fueron superados por el panameño, que a garra y carácter se impuso a un peleador que estaba en su mejor época.
Era digno de admirar como el panameño volvió a subir a la gloria, con un triunfo tan importante ante el estadounidense Davey Moore.
En ningún momento el norteamericano fue un obstáculo para Durán, quien le dio una paliza de principio a fin.
Durán fue mejor.. pasaba bien, golpeaba de manera excelente, lo fue madurando con golpes a la parte baja y lo liquidó en ese fatídico octavo asalto para Davey Moore.
Creo que fue la mejor manera de Durán para reconciliarse con aquellos que habían perdido la confianza en él, tras su descalabro ante Leonard en la segunda pelea, conocida como el "No Más".
Era así como el panameño, volvía a ser el rey indiscutible de otra categoría más en su carrera, la que muchos habían cuestionado meses atrás.