La brisa soplaba suave, el día estaba gris. La tarde del pasado miércoles 18 de abril, doña Mélida Gutiérrez nos recibió en su hogar, ubicado en el Residencial Villa del Bosque, en Tumba Muerto, donde junto a Crítica, recordó anécdotas de su hijo, el célebre Rommel Fernández, gloria del balompié nacional, fallecido hace 14 años.
Con estoicismo, la madre del ariete ha soportado el dolor de la irreparable pérdida durante todo este tiempo. En su residencia, doña Mélida vive rodeada de fotografías, trofeos y artículos de periódicos que hacen referencia a las hazañas de Rommel en el fútbol español de segunda y primera divisiones.
De hablar sencillo, la mamá del "Pánzer" dice lo que cree y lo que siente. Cuando se le habló de su hijo, tristemente confesó: "Yo estaba acostumbrada a no verlo por meses cuando comenzó en el fútbol profesional, pero desde el seis de mayo de 1993, tuve que acostumbrarme a que no lo vería nunca más. Su muerte me dejó destrozada".
EN ESPAÑA LO RECUERDAN MÁS
El entierro de Rommel fue multitudinario. La señora Gutiérrez no esperaba que tanta gente asistiera a la iglesia y saliera a las calles a darle el último adiós. Para ella, la gigantesca muestra de cariño por parte del pueblo se debió a que su hijo era muy buena gente.
"Desde niño, era muy respetuoso. Quería mucho a la niñez, a sus amigos y a las personas mayores", evocó.
Han pasado casi tres lustros desde su muerte, pero para su madre, "hoy no son todos los que lo recuerdan a él".
"Creo que allá (en España) han sido más agradecidos con Rommel que acá (en Panamá), ya que los clubes en los que jugó, especialmente en Tenerife, le rinden más honores", aseguró.
LA AYUDA DE LA GENTE
Fue en calle 17, casa 17-15, cuarto #6, en el humilde barrio de El Chorrillo, el lugar de crianza de Rommel y sus hermanos.
"Yo les decía a mis hijos que el hecho de ser pobres no quería decir que había que ser cochinos. ¡Se puede ser pobre, pero limpio!, les advertía".
Doña Mélida resaltó que durante la infancia y juventud del "Pánzer", hubo gente como el dirigente placino León "Cocoliso" Tejada (q.e.p.d.) y el profesor Hugo Bellido, que lo ayudaron muchísimo. "Lo llevaban a comer, le compraban sus útiles escolares. Lo que no me gustaba era que a veces, cuando se portaban mal, 'Cocoliso' le entraba a correazos a los chiquillos", reveló.
Tras la desgracia, hubo personas, como el ex presidente Guillermo Endara, y su esposa Ana Mae Díaz de Endara, que ayudaron a la familia del ganador del primer premio EFE al Mejor Futbolista Iberoamericano.
"Siempre estaré agradecida de Endara y Ana Mae, porque cuando murió Rommel, yo quedé en cero y ellos me apoyaron", destacó.
LA RAZÓN DE SUS LOGROS
Para Mélida Gutiérrez, el éxito que estaba teniendo su vástago en tierras ibéricas se debía a una sola palabra: perseverancia.
"Él no tuvo nada fácil. La primera vez que fue allá (a España) la pasó bastante mal. Dormía en un lugar sucio, incómodo, pero me decía que callaba porque quería triunfar".
¡NO TE OLVIDARÉ!
Se acerca el 6 de mayo. Una profunda tristeza se va apoderando de doña Mélida. "Si Rommel estuviera vivo, además de buen hijo, hubiese sido un excelente esposo", dice. La nostalgia se hace cada vez más latente, a medida que transcurre nuestra entrevista.
"Son 14 años. Gracias a Dios me he repuesto. Me ha ido bien", cuenta Gutiérrez, quien el 2 de agosto de 1999, el día de su cumpleaños, recibió otro duro golpe: perdió a su hijo Ernesto (tenía 12 años).
"Lo que más recuerdo de Rommel es todo. Yo nunca lo podré olvidar", concluyó.
Descanse en paz, doña Mélida.