Aunque no soy una erudita en el tema, me atrevo a escribir sobre el arte que revolucionó la televisión panameña, el anime.
Como es de conocimiento público, el anime proviene del místico Japón. Osamu Tezuka, un doctor que estaba en quiebra, es quien rompe con las bases del diseño de personajes, alargó las piernas y agrandó los ojos. Así nace el manga moderno.
En Panamá, llegó hace décadas y por diferentes razones, una de ellas es que las cómicas americanas eran muy caras, y, por lo que costaba una gringa salían dos japonesas.
Así llegaron historias bien emotivas como Heidi, temas futuristas como Astroboy o novelas difíciles de olvidar como Candy Candy.
Entre los animes con los que muchos crecimos están Sam el Rey del Judo, Sawamura el Campeón, Kimba, Fábulas del Verde Bosque, Mazinger, Capitán Raimar, Doraemon, entre otros.
Otras como Súper Campeones, Dragon Ball (Z y GT), Sailor Moon, Samurai X, Los Caballeros del Zodíaco, Ranma 1/2, y otras, la forma de ver el anime, en un mundo de fantasía.
EL INTENTO NACIONAL
En varias ocasiones, la televisión panameña hizo sus intentos de animación. Ahora se pretende estrenar una tira cómica parecida a un anime, Yuke. Hay que darle mérito por el trabajo de realizar, hasta ahora, el mejor intento de animación.
YuKe ¿anime? difícil de creer. No es por menospreciar el excelente trabajo que estos chicos hicieron, pero no deja de ser como las anteriores, simplemente rasgos de manga y utiliza un juguete como tema central.