Toda industria que pretenda instalarse en Panamá debe romper esquemas para poder introducir su tecnología y capacitar el recurso humano sin el respaldo gubernamental.
Una de éstas, es la actividad hotelera porque tiene una enorme desventaja debido a los altos costos del consumo de la energía eléctrica.
En nuestro país, por citar un ejemplo, las islas son lugares de gran atractivo turístico para los extranjeros, en particular los provenientes de Europa y Estados Unidos, por lo tanto, se deben establecer estrategias que sirvan de estímulo a los inversionistas, entre ellas la producción de energía eléctrica barata y un eficiente servicio de agua potable.
Este es el caso de Contadora, donde el Grupo Hotelero del Pacífico ha instalado varias plantas procesadoras de agua de mar, a un costo superior al millón y medio de balboas. Este sistema produce 36 galones de agua potable por minuto. En esta operación depuradora, de cada 100 galones de agua de mar, 33 pueden aprovecharse.
En esa misma dirección, se prepara un proyecto de utilización de la luz solar para el calentamiento del agua, para cubrir las actividades en la cocina y el uso en las habitaciones. También se han construido talleres para la fabricación de techos, muebles y reparación y otros. La iniciativa del consorcio en mención está generando empleo a 300 panameños, que cuentan con facilidades como la alimentación gratuita. La industria sin chimenea sí tiene humo, porque de todo se tiene que hacer en países como el nuestro, donde las empresas no sólo invierten, sino que crean nuevas formas culturales de hacer las cosas.