Panamá ya dio su palabra a favor de los cetáceos. Votará en contra de la caza de ballenas con el único objetivo de proteger a estos mamíferos marinos en vías de extinción.
El equipo panameño que participa de la LIX Reunión Anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) tiene todo claro. Defenderán la veda a la caza de las especies de ballena azul, minki, franca austral, jorobada, seis y cachalote.
Desde 1986 se firmó el compromiso, pero este plazo expira el otro año, por lo que las naciones que están del lado de la conservación, como es el caso de Panamá, no darán marcha atrás y brindarán todo el respaldo a la iniciativa conservacionista.
La reunión de la CBI inició ayer lunes y se extenderá hasta el 31 de mayo en Anchorage, Alaska, donde la delegación panameña está decidida a no respaldar las intenciones de algunos países que promueven la posibilidad de que se permita un paquete de cuotas por especies y equiparar la caza aborigen con la caza costera.
La medida de Panamá y de los otros países que promueven la conservación es plausible a todas luces, pues -al tratarse de la vida marina animal- es una garantía de prolongación de las especies y de su ecosistema. Esto redundará en beneficios directos para la humanidad y para los que se dedican a esta industria.
Es importante reconocer que nuestro país es uno de los primeros países del mundo en convertir en ley la creación de un corredor marino para proteger a las ballenas y, además, adoptó su defensa como principio universal en el equilibrio de las especies que habitan el el ecosistema marino.