La presencia de la Sra. Presidenta Mireya Moscoso en la toma de posesión del Presidente de Taiwan, ha reafirmado el apoyo y el reconocimiento del gobierno nacional. No obstante, las manifestaciones públicas de algunos Legisladores y representativas figuras del Partido Revolucionario Democrático, que asumirá las riendas del Ejecutivo a partir de septiembre, como Carlos Ozores, Jorge Illueca y Leonardo Kam, abogan por establecer unas relaciones a nivel diplomático con la República Popular de China, unas más allá de una simple Oficina de Desarrollo Comercial.
Sin embargo, el precio será el rompimiento de las relaciones con Taiwan, ya que para la República Popular, sólo hay una China. Acción que terminaría con la duplicidad que por años, ha mantenido el país con las dos representaciones.
La posibilidad de un giro diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores panameño, plantea la necesidad de que la política exterior a mediano y largo plazo, sea una verdadera política de Estado. Es conveniente adoptar en la medida que sea posible, un proceso armónico entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y la empresa privada, a fin de que los Tratados y Convenios sean aprobados sobre la base de un ordenamiento doctrinal que nos identifique como país.
Los análisis recientemente publicados por los expertos en estos delicados asuntos, admiten que aunque está de moda la práctica que los Presidentes establezcan relaciones directas, esta puede producir efectos colaterales para llevar a cabo una política institucional, como confundir la cortesía con amistad.
En todo caso, vivimos momentos históricos en que se está perfilando un nuevo orden internacional, con el asunto comercial de los Tratados de Libre Comercio en primera línea en la agenda de la mayoría de los países. Pero, no hay duda que de nuestra capacidad para comprender la realidad tanto nacional, como internacional y para actuar consecuentemente, dependerá el futuro no sólo de la denominada Cancillería, sino, del país en general.