Gobernantes de 58 países iniciaron en la ciudad mexicana de Guadalajara la Cumbre Unión Europea, América Latina y el Caribe más numerosa de las celebradas hasta ahora, ya que se incorporan los diez nuevos miembros de la UE.
El presidente de México, Vicente Fox, dio la bienvenida a los mandatarios en la capital de Jalisco, sede del encuentro, y abogó por la reforma "profunda" de la ONU para lograr una mayor inclusión de otros países en la esfera mundial.
El objetivo de esta reunión es fortalecer la asociación estratégica entre ambas regiones establecida en la primera cumbre (Río de Janeiro 1999), e impulsar los procesos de desarrollo e integración regional de América Latina y el Caribe.
A la cumbre no asisten los presidentes de Cuba, Fidel Castro; Perú, Alejandro Toledo, y Argentina, Néstor Kirchner, y tampoco los primeros ministros de Gran Bretaña, Tony Blair, e Italia, Silvio Berlusconi, entre otros.
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España (sede de la anterior cumbre), destacó en la apertura de la reunión que urge cimentar un proceso único para alcanzar un mundo más justo, solidario y pacífico.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, aludió en su intervención que la civilización "necesita un sistema multilateral que (...) pueda dar soluciones concretas a estos retos globales" como "el terrorismo, el crimen organizado, la pobreza y la exclusión".
Tras la inauguración, los dignatarios se dividieron en tres mesas de trabajo en las que debaten simultáneamente el tema de la cohesión social y el multilateralismo.
La preocupación por el narcotráfico, la corrupción y la pobreza fueron incluidos en la declaración de la cumbre. Muchos países de Latinoamérica se han vistos salpicados por la corrupción.