El candidato demócrata a la presidencia estadounidense, John Kerry, propuso una política de seguridad nacional para luchar con más eficacia contra el terrorismo y reparar lo que consideró un daño causado por la política agresiva de George W. Bush.
Kerry ofreció una política de seguridad basada en crear una nueva alianza; modernizar las fuerzas armadas, un mejor uso de la diplomacia, de los servicios de inteligencia y liberar a Estados Unidos de su dependencia del petróleo de Oriente Medio.