El juego de póquer que efectuaban en la mesa de un bar Josefino se extendió hasta la madrugada. Las horas habían pasado entretenidas entre botellas de cerveza, música de fondo y las cartas que les impedía levantarse de sus sillas.
De pronto, cuando uno de los jugadores se daba por victorioso arrojó a la mesa más ases de los que tiene la baraja, eso hizo molestar enormemente a los demás participantes, quienes empezaron a reclamarle al hombre por la trampa que estaba haciendo.
Con los bolsillos casi limpios por el juego "sucio", el panameño Elvis Córdoba, uno de los jugadores afectados, se alteró y la discusión pasó de las palabras a los golpes.
Fue así como en pleno bar se armó el zafarrancho y las sillas volaban de un lado para otro, los clientes que aún estaban empezaron a dar gritos y a huir del lugar. Los jugadores dejaron a un lado las cartas y se enfrascaron en una fiesta de puñetazos, hasta que el tramposo jugador tomó una botella, la quebró contra la mesa y la estrelló contra la cara de Córdoba. Mal herido, el hombre cayó al piso y luego vio como su contrincante sacaba una pistola y le recetó dos balazos, uno en el abdomen y otro en el pecho.
Luego de recibir los dos plomazos, el panameño corrió hacia su vehículo estacionado a las afueras del bar. Con la cara y el estómago ensangrentados el herido subió al carro y a toda velocidad manejó hasta la Delegación Policial de Barrio México.
"¡Ayúdenme por favor! Estoy herido", gritaba el hombre al llegar al lugar bañando en su propia sangre. Antes de desplomarse, el panameño dijo: "avísenle a mi esposa" y cayó tendido a los pies de los oficiales.
El sujeto fue trasladado de emergencia al Hospital San Juan de Dios en condición delicada. Aunque no trascendió la identidad del agresor, sea cree que puede tratarse de un extranjero, quien aparentemente tras lo ocurrido salió tranquilo del bar, caminó y luego abordó un taxi.