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El padre José Araya, de San Gerardo de Mayela, parroquia a la cual llegó Marcos después de cometer el crimen, dijo que no podía hablar.  |
Marcos Manjarrez Davis, el homicida del monseñor Jorge Altafulla, era un muchacho con apariencia normal. Tiene 28 años y cursaba el V año en la Facultad de Derecho.
Participaba en el coro y era sacristán de la parroquia San Gerardo de Mayela, en Chanis. Quienes lo conocen alegan que tiene una inteligencia fuera de lo normal.
Tiene cuatro hermanos. Vive en una casa rosada de la calle 6 de Chanis y es pariente de un sacerdote.
Una de sus vecinas lo define como una persona muy colaboradora con la Iglesia. Era el encargado de confeccionar los nacimientos para la parroquia San Gerardo de Mayela.
El padre José Araya, de San Gerardo de Mayela, parroquia a la cual llegó Marcos después de cometer el crimen, dijo que no podía hablar. Gracias por su interés, pero no puedo dar entrevistas, quizás más adelante, expresó el sacerdote. |
