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Marcos Manjarrez volvió ayer a la escena del crimen, pero ahora en calidad de detenido.  |
El sacristán Marcos Manjarrez mató al monseñor Jorge Altafulla por "rencor". Frente a sus hermanos y ante el fiscal Carlos Augusto Herrera confesó que ultimó de 14 puñaladas al sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe.
Marcos, de 28 años y estudiante de V año en la Facultad de Derecho, culpaba a Altafulla de frustrar sus sueños de sacerdote. En 1995, cuando monseñor era rector del Seminario Mayor San José, fue expulsado y tuvo que conformarse con labores de catequesis y sacristán, en la parroquia San Gerardo de Mayela.
El subjefe de la PTJ, Javier Chérigo alega que hubo "premeditación en el crimen".
Utilizó guantes para no dejar huellas y tras matar a Jorge Altafulla con un cuchillo de 10 pulgadas, limpió la escena del crimen, se cambió la ropa ensangrentada y la quemó; tiró el arma en el río Mataznillo -a la altura de la intersección de Calle 50 y vía Brasil-, fue a la parroquia San Gerardo de Mayela donde concurrió a la misa y luego como si nada retornó a la escena del crimen.
Además, para confundir a los investigadores dejó una nota al lado del cadáver de Altafulla en la que escribió con marcador rojo: "Sucio, no toques a los pelaos"
El muchacho que era conocido con el apodo de "San Martín" entre los jóvenes de Chanis, presenta diversos arañazos en el pecho y manos, ya que aparentemente monseñor Altafulla forcejeó para evitar ser asesinado.
Aunque Marcos refleja amaneramiento, el arzobispo José Dimas Cedeño evitó responder si alguna conducta homosexual influyó en la expulsión del seminario. No todos son aptos para ser sacerdote, y eso fue lo que le pasó a Marcos bbbMANJARREZ
Carlos Lee, asesor de la Iglesia, destacó que Marcos estuvo en un seminario en el Salvador , y se ha podido determinar que tenía problemas psicológicos de inestabilidad emocional. Venía de una familia donde no creció con su padre y tenía dificultad en convivir con las personas, por lo que fue descalificado para el sacerdocio. |