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Coralia Correa de Burgos, junto a su hija en la Iglesia de San Atanasio en La Villa de Los Santos. Foto Cortesía |
Educadora, humilde de gran sensibilidad social y sobre todo muy religiosa, son algunos de los atributos que caracterizan a esta gran mujer azuerense que desde 1950 ha dedicado su vida al bienestar de su provincia, Los Santos.
Hoy cuenta con 81 años y aún conserva el deseo de trabajar por su terruño.
Doña Coralia Correa de Burgos, nació en La Villa de Los Santos un 30 de marzo de 1920, fue miembro de una familia que no poseía recursos económicos y era imposible enviarlos a la escuela secundaria, culminado los estudios primarios. Para entonces había que trasladarse forzosamente a la ciudad para realizar estudios secundarios. Pero, para la jovencita Coralia, había una oportunidad, se le acreditó una beca de 30 balboas mensuales que obtuvo mediante concurso entre mil estudiantes de todo el país.
Graduada de maestra regresa a su tierra a ejercer la profesión que había anhelado desde muy niña e inicia sus labores en la escuela primaria de La Villa de Los Santos. Aquí empieza su trabajo en beneficio de la sociedad santeña, fue tan grande la labor humanitaria realizada a favor de los más necesitados y amigos que se ganó el beneplácito de la población y la llevaron a explorar otros senderos. Es así como se retira del magisterio y se lanza al mundo de la política y es escogida por dos períodos consecutivos como Diputada de la provincia.
Como diputada, doña Coralia se caracterizó por aprobar leyes que favorecieran al pueblo panameño sin importar quien las presentara fuera o no de su partido. Se hicieron muchos caminos y carreteras, escuelas, puentes y centros de salud en toda la provincia durante su gestión, tanto en el gobierno del Presidentes Ernesto de La Guardia como de la Rodolfo Chiari. Aprovechó ese momento político para ayudar a su gremio, los educadores, quienes le respondieron de manera gratificante al 100 por ciento.
Se retira de la política, pero nunca dejó de hacer el bien y buscaba cuál era el acto positivo que podía realizar en bien de la sociedad. Como esposa del gobernador de la provincia se dedicó a trabajar un beneficio de los encarcelados y les ofrece oportunidad de estudios académicos, cursos de valores humanos y espirituales, crea huertos para el mejoramiento de su alimentación y seminarios para la capacitación en trabajos de ebanistería, vidrios y conchas que comercializaban y así ayudaban a sus familias.
Doña Coralia ya se ha alejado un poco de muchas tareas benéficas que realizaba porque asegura que los ochenta y un años, ya no se puede hacer tanto como antes, sin embargo, sigue ofreciendo ayuda a los enfermos mentales del Hospital Regional Anita Moreno, de Azuero. Mientras se mantienen atendiendo su local comercial en la ciudad de Chitré y ofrece ayuda al Comité Pro Restauración de la Iglesia Colonial Santa Atanasio de La Villa de Los Santos. |