En los pies hay puntos que sirven para relajar ciertos órganos del cuerpo.
Para hacerte un masaje relaja los pies con una friega o masaje fácil. Sentada agarra uno de los pies con una mano untada con aceite o crema. Extiende el producto de forma enérgica por el empeine y la planta del pie. Fricciona cada uno de los dedos a lo largo, sin olvidar los espacios entre los dedos. Para terminar, golpear la planta de cada pie con el borde del contrario.