Plantas como el romero, té verde y ginkgo biloba son excelentes antirradicales libres.
El romero se ha utilizado tradicionalmente en la composición de lociones como reconstituyente de la piel y en el baño para mantener su frescura, tonificándola e hidratándola. Además, debido a su contenido en antioxidantes, que atenúan los daños que causan los radicales libres.
También el té verde es eficaz. Sus catequinas de acción antioxidante y polifenoles, protegen los tejidos corporales de la oxidación. Por su parte, se ha demostrado que los bioflavonoides del ginkgo biloba bloquean la génesis de superóxido, uno de los principales radicales libres derivados del oxígeno.