Los delincuentes enviaron a Carlos González, de 40 años, jefe del depósito de la empresa, para que dijera a la Policía que no querían morir y que se entregarían.
La negociación se dio porque se enteraron que estaban grabados en el sistema de circuito cerrado del local comercial.
El comisionado Irving Muñoz, especialista en negociaciones de secuestro, llegó a un acuerdo con los delincuentes.
Ahora están presos esperando el juicio final.
Dos mujeres y tres hombres fueron los primeros rehenes liberados, y luego los otros junto con los hampones. Tenían una pistola 9 mm y un revólver 38.