Cuando le dije a la joven profesional que había sido víctima de un "depredador" sexual, torció la boca con amargura. Pienso que pasado el impacto del rompimiento de lo que creyó era "el amor de su vida", entendió que se habían burlado de ella.
Y este depredador es moderno pues usa la Internet para conseguir a sus víctimas.
Tampoco es un "runcho" cualquiera. Tiene una de las más prestigiosas profesiones y sólo treinta y un años.
La joven tenía año y medio de estar sola. Terminó una relación de cinco años, con quien creyó la acompañaría cuando estuvieran viejos.
Seguramente le contó al depredador esa situación, cosa que él se aprovechó. Una mujer "dejada" puede ser vulnerable. . .
Durante tres meses y días todo fue de maravilla. Cenas, paseos, bailes, veladas románticas. En fin, lo corriente en un romance que empieza.
Y de repente vino el golpazo. El bellaco le dijo que ella era "muy buena para amiga", pero que se había dado cuenta que él no estaba listo para el matrimonio.
Sin vergüenza alguna, le sugirió que podrían seguir siendo amigos (imagino que con relaciones íntimas de vez en cuando).
La Internet está llena de gente sin valores, aunque algunos matrimonios exitosos se han logrado con ella.
Así que esas panameñas y panameños que se ponen a "chatear" y a buscar parejas por Internet, deben actuar con cuidado.
Menos mal que esa joven señora no sufrió el trauma de una violación, como ha ocurrido a veces con esas "citas a ciegas" de Internet.
Hay que indicar que este "jueguito" no ocurre solamente en Panamá. También en otros países más desarrollados, donde la incomunicación humana es grande.
Se han detectado no sólo degenerados (pedófilos) en Internet, sino también violadores. Ellos no aceptan un rechazo o violentan la relación íntima.
Por supuesto que la Internet no tiene la culpa de estas sinvergüencería. Ella solamente es un instrumento de comunicación.
Es el ser humano el perverso, el enfermo mental, el abusador. (Y después dicen que nos hicieron a "imagen y semejanza de Dios". . . )